La noción de fotopoesía se hace especialmente sugerente cuando se trata de las series pertenecientes a Escenarios. En ellas la fotografía demuestra su capacidad de contar su propia historia de forma emancipada como en Memorias, o mediante la composición de naturalezas muertas como en Poétik-A.

En la serie Poétik-A, imágenes y poemas dan luz a fotocuentos que llevan al mundo de la narración. Realizar este tipo de proyectos me es fascinante. Reinterpretar versos con fotogramas, acomodar la realidad y dialogar con ella para escribir otro imaginario, un universo fabuloso y entrañable, se convierte en un juego muy estimulante.

En cuanto a la serie Memorias, la capturé visitando un museo cerrado al público esperando ser reformado. Me conmovió el onirismo de escenas congeladas que dejaban atisbar la vida secreta de sus personajes mientras paseaba cual intrusa por su morada. Las musas seguirán probablemente bailando en la oscuridad después de mi incursión…